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El efecto de la “furia en el camino” en la seguridad vial

Dejar la seguridad en manos de la educación vial de los usuarios es como dejar una bombonera con dulces en un salón lleno de niños y pedirles que no se los coman. Algunos respetarán la indicación, pero al final del día, los dulces habrán desaparecido. El día de hoy, en un trayecto corto, de 2:15 horas de duración, pudimos atestiguar no menos de 8 rebases sobre zonas de doble línea continua en una carretera de un solo carril por sentido. 5 por parte de vehículos pesados de largo itinerario y 3 por parte de vehículos ligeros. Afortunadamente, ninguno de estos casos tuvo consecuencias, pero una cantidad tan grande en un lapso tan corto da mucho en qué pensar.

En México, se producen más de 30 accidentes carreteros diariamente. Hasta un 60% de dichos siniestros se dan en forma lateral o frontal, lo que indica que una gran parte de ellos podrían estar relacionados con rebases que se realizaron en forma imprudente, tal como los descritos con anterioridad.

Video del accidente por rebase en tramo de doble línea continua en la carretera México-Tuxpan donde dos jóvenes pierden la vida. Afortunadamente la pipa de gas no explotó

Estudios realizados por psicólogos en estados unidos sobre el fenómeno de “furia en el camino” indican que los hombres jóvenes son el grupo más propenso a sucumbir frente a estímulos tales como la congestión vial, ira reprimida y el estrés emocional o laboral.

Los conductores iracundos toman más riesgos en el camino y con frecuencia exceden los límites de velocidad y cambian de carril en forma aleatoria e intempestiva. Se caracterizan también por tener pensamientos agresivos, insultan a otros conductores y juzgan sus habilidades de manejo. A menudo buscan desquitarse llegando incluso poco más de un 1% de ellos a causar daño físico a otras personas. Se ha demostrado que este perfil tiene el doble de accidentes en pruebas de simulador de manejo. También, en la vida real, tienen más conatos de accidente e infracciones de tránsito que personas más pasivas.

Alternativas terapéuticas

Fuentes psicológicas sugieren que este fenómeno ha de tratarse mediante una combinación de técnicas cognitivas y de relajación. En una serie de estudios en Estados Unidos, conductores iracundos voluntarios asistieron a ocho sesiones de terapia de terapia de relajación cognitiva. Aprendieron respiración profunda y otras técnicas básicas de relajación y habilidades para controlar mejor su ira mientras visualizaban situaciones de conducción frustrantes, como caer en un embotellamiento. Luego practicaron sus nuevas habilidades en situaciones reales en el camino, experimentando resultados alentadores en el control de sus reacciones. Un año después de la intervención terapéutica, los sujetos de estudio aún poseían esta capacidad de autocontrol. Pese a lo prometedor de dichos estudios, se comprende que, en la práctica, este enfoque tiene poca o nula viabilidad. Como hemos sostenido en otros artículos, donde hemos hablado sobre la La función fática en el sistema de señalización, así como sobre los efectos negativos de la señalética horizontal llegamos a la reflexión de que la seguridad vial no debe sustentarse en la cultura vial de los usuarios, mucho menos en la capacidad para manejar sus emociones.

Solución planteada

Imagen de vehículo contenido por barrera central flexible tras simulacro de siniestro en Victoria, Australia. La energía cinética del vehículo se absorbe y disminuye, protegiendo al usuario.
Video del simulacro de accidente para validad el funcionamiento de las barreras centrales flexibles, Monash University Accident Research Centre.

Dada la inviabilidad de establecer un programa masivo de control de ira y prevención de accidentes podemos cuestionar, por lo tanto, si la señalización horizontal es suficiente para prevenir accidentes. En nuestra opinión, no lo es. Sostenemos la idea de que un código visual (líneas de colores) es insuficiente para evitar que se tomen riesgos innecesarios por sujetos iracundos o simplemente por cualquier usuario que, no compartiendo el perfil descrito, si esté sujeto momentáneamente a una carga de estrés emocional suficiente para hacerle tomar decisiones imprudentes. Desde la perspectiva del diseño defensivo, que busca anticipar los errores que dicho usuario probablemente cometerá, resulta chocante e irresponsable pensar que esta solución es suficiente. Proponemos que en tramos en que la visibilidad sea comprometida, por curvas pronunciadas, pendientes o ambas, se recurra a medidas más drásticas, como la implementación de barreras físicas en vez de líneas continuas. Si el usuario puede, hará mal uso de la vialidad en un momento determinado. Si nada más que una línea en el pavimento le impide rebasar en un tramo de alto riesgo, y su juicio está nublado por el estrés o la ira, rebasará. Si algo puede salir mal, saldrá mal.

Quién es el Murphy de la Ley de Murphy? El origen de la frase
«Si tiene una forma de cometer un error, lo hará» Edward A. Murphy Jr.

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