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Ordenamiento o libertad. He ahí el dilema.

¿Cómo podemos describir la situación registrada en este video? Como el acto de una persona inconsciente? ¿Como un caso de falta de educación vial? ¿Quién es responsable? Nosotros postulamos que si la vialidad permite un acto de este tipo, su diseño es el responsable.

No tenemos datos de por qué esta persona actuó así. Tal vez estaba ebrio, quizás siempre se comporta así, o quizás tenía una emergencia médica, o era presa de una crisis o tal vez simplemente se le hizo fácil o consideró que la siguiente vuelta en U permitida estaba muy lejos o tal vez no existe. Por la razón que fuere, puede confirmar que bajo ciertas circunstancias y estímulos que actúen como detonante, tales como desesperación, estrés, ira al volante, cualquier persona puede ver su juicio nublado y tomar una decisión inadecuada, irracional. Si la vialidad permite que acciones inadecuadas sean realizadas, el infractor las hará.

En ese lapsus, el conductor tomó la decisión de cruzar de manera deliberada cuatro carriles con circulación en sentido sureste Noroeste, a nivel de piso, obstruyendo carril por carril, en forma aleatoria e inesperada para los demás usuarios, exponiendo la seguridad de todos debido a el inminente diferencial de velocidad en la que realizó su maniobra, para posteriormente integrarse al carril de alta velocidad en sentido contrario cruzando lo también al mismo nivel de manera aleatoria e inesperada generando otro diferencial de velocidad sumamente alto con respecto a los usuarios circulantes.

El conflicto y riesgo potencial generado por esta acción no puede justificarse por ninguna razón qué argumente el infractor. La responsabilidad no solo se atañe a este conductor sino a la vialidad misma. De existir una barrera física entre los sentidos de la vía, por más intención del usuario su acción jamás habría podido ser concretada. Puede argumentarse que sea un tema de costos, o que incluso se opte por dejarse sin separación para facilitar maniobras en caso de percance. El caso es que la prevención de esta índole, en este caso, deja la posibilidad abierta para que sean cometidos actos como el del video.

En este vídeo, tenemos una vialidad de 12 carriles, con una separación adecuada entre sentidos, donde sin embargo se registra un caso de cambio aleatorio de carril que por poco acaba en siniestro. Hemos explicado como esta libertad de cambio aleatorio entre carriles, así como el el cruce a nivel y el diferencial de velocidad es la verdadera causa raíz de la saturación de autopistas, y no el fenómeno de demanda inducida como se argumenta. En los artículos Deconstruyendo la paradoja Downs-Thomson y su efecto en la congestión vial y El aporte de la película Buscando a Nemo a la ingeniería vial, se puede encontrar amplia información al respecto.

Finalmente, observemos este vídeo, de la intersección de Blvr. Río Españita y Av. Salvador Nava en San Luis Potosí, donde por diferencial de velocidad, se conflictúa la integración de los vehículos que se incorporan por el boulevard. Se observa también el efecto de invasión o cambio aleatorio de carril que obstaculiza el flujo de Salvador Nava. Aquí no hay infracción, solo el caos que implica dar la libertad para tomar múltiples posibilidades de integración a nivel de piso un una vía con múltiples carriles, sin ordenamiento diseñado.

Conclusión

Muchas vialidades son diseñadas pensando en que amplitud y cantidad de carriles son sinónimo de libertad para los usuarios hasta que el ejercicio inadecuado de esta libertad de muestra qué es de criterio no es positivo en la práctica.
El ordenamiento en las vialidades, un diseño qué contemple la eliminación de acciones contrarias al flujo y a la seguridad de los usuarios por parte de unos cuantos con poco criterio poca conciencia o poco interés por los demás no menoscaben los derechos de todos. La dedicación de carriles y la erección de barreras físicas que prevengan acciones no convenientes deben tener prioridad cuándo se desarrollan soluciones viales

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